Las Exposiciones Internacionales
Podríamos definir las Exposiciones Internacionales
como acontecimientos concebidos como escaparate público para dar a conocer los
adelantos de la industria, el comercio y las artes.
Tuvieron como punto de referencia diversas muestras
que, con ese objetivo pero de ámbito estrictamente nacional, venían celebrándose
en algunos países. A partir de 1851 se internacionalizaron y se
institucionalizaron como un acontecimiento periódico que se viene prolongando
hasta nuestros días.
En realidad, vienen a ser una exhibición del poder
industrial, comercial y creativo de los países participantes, así como un
instrumento de proyección política y de imagen de la nación organizadora, que
por espacio de varios meses se convierte en anfitriona de monarcas, jefes de
estado y personalidades, al tiempo que receptora de un público millonario.
En España se han celebrado varias Exposiciones
Internacionales, entre las que destacan la de Sevilla (1992) y la de Zaragoza
(2008).
La explotación infantil durante la Revolución
Industrial (S. XIX)
La mayoría de los trabajadores de las fábricas durante
la Revolución Industrial eran niños. Los dueños de las fábricas les
proporcionan vivienda y alimentos a cambio de su trabajo. Estos niños no
recibían ningún tipo de compensación monetaria. Otros niños trabajaban por
salarios muy bajos en fábricas y minas de carbón.
Debido al crecimiento de las fábricas textiles, un
gran número de niños trabajaban en fábricas de algodón en donde pasaban la
mayor parte de su tiempo en habitaciones con muy poco aire fresco y nada de
ejercicio. Los niños también eran contratados para trabajar en fábricas de manufacturas
como deshollinadores y cocinando ladrillos.
“En esta fábrica trabajan mil quinientas personas, y
más de la mitad tienen menos de quince años. La mayoría de los niños están
descalzos. El trabajo comienza a las cinco y media de la mañana y termina a las
siete de las tarde, con altos de media hora para el desayuno y una hora para la
comida. Los mecánicos tienen media hora para la merienda, pero no los niños ni
los otros obreros (…).
Cuando estuve en Oxford Road, Manchester, observé la
salida de los trabajadores cuando abandonaban la fábrica a las doce de la
mañana. Los niños, en su casi totalidad, tenían aspecto enfermizo; eran
pequeños, enclenques e iban descalzos. Muchos parecían no tener más de siete
años. Los hombres en su mayoría de dieciséis a veinticuatro años, estaban casi
tan pálidos y delgados como los niños. Las mujeres eran las de apariencia más
saludable, aunque no vi ninguna de aspecto lozano (…). Aquí vi, o creí ver, una
raza degenerada, seres humanos achaparrados, debilitados y depravados, hombres
y mujeres que no llegarán a ancianos, niños que nunca serán adultos sanos. Era
un espectáculo lúgubre (…)”
Charles Turner Thackrah. Los efectos de los oficios,
trabajos y profesiones, y de las situaciones civiles y formas de vida, sobre la
salud y la longevidad. 1832.
En este texto, el autor describe las condiciones
laborales de las fábricas de la época. La mayoría de los trabajadores de las
fábricas eran niños cuyas jornadas eran inhumanas y sus condiciones de trabajo
pésimas. Como se menciona, los trabajadores tenían un aspecto lúgubre, pues la
higiene era mínima y muchas veces estaban expuestos a productos químicos o a
minerales. De esta forma, con esta explotación, era imposible que se redujera
la mortalidad o que aumentara la esperanza de vida del proletariado.
El contraste entre las clases sociales
En estas dos imágenes podemos observar distintas clases sociales de la época.
En la imagen de la izquierda, distinguimos la Torre Eiffel y podemos ver que la gente pasea tranquilamente por la calle. Sabemos que pertenecen a la burguesía por esto, además de por sus ropas y su aspecto limpio y saludable. Nos transmite una sensación de tranquilidad, belleza, serenidad, felicidad.
En la imagen de la derecha, podemos observar el interior de una fábrica en la que trabajan niños y jóvenes adolescentes. Su vestuario es mucho más simple y tienen un aspecto sucio. Se encuentran encerrados trabajando. Sabemos, por esto, que pertenecen al proletariado. Nos transmite una sensación de agobio, tristeza, esclavitud.
Los aspectos positivos y negativos de la industrialización
Aspectos positivos:
- Avances tecnológicos, como la invención del telégrafo o e descubrimiento de la electricidad, que mejoraron la comunicación y fueron un gran impulso de la industrialización y el progreso.
- La mejora del transporte gracias al descubrimiento de la electricidad y el petróleo.
- El arte también experimentó una época de apogeo gracias a la inspiración encontrada en todos los nuevos descubrimientos y avances.
Aspectos negativos:
- La sobreexplotación del proletariado por parte de la burguesía para enriquecerse.
- La desigualdad social existente a pesar de la abolición de la sociedad estamental.
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