jueves, 7 de enero de 2016

La Libertad guiando al pueblo, Eugène Delacroix

La Libertad guiando al pueblo es un cuadro pintado por Eugène Delacroix en 1830 y conservado en el Museo del Louvre de París.


En esta pintura podemos observar como la libertad, personificada, guía al pueblo. Algunos historiadores y artistas plantean la posibilidad de que la figura de la mujer represente la República debido a su sombrero, y también la fidelidad por la patria.
El paisaje es lúgubre, confuso. Al fondo podemos observar la torre de Notre-Dame de París y en el suelo, cadáveres. Junto a la mujer aparecen personajes variados: un estudiante, un artesano, un obrero y un campesino, representantes del Estado llano.

La bandera de Francia está presente en el cuadro, alzada por la mujer con el pecho descubierto. A pesar de las diferentes representaciones que se han realizado sobre dicha bandera, la que a mí más me convence y mi favorita es la siguiente.
Las tres bandas situadas en vertical representan la igualdad de los grupos sociales. En las banderas de bandas horizontales unas están por encima de otras, pero las bandas verticales son iguales en posición.
Los colores representan los tres grupos sociales de la época: el azul, que representa el poder, para la nobleza; el blanco, pureza, para la Iglesia; y el rojo, la sangre, para los habitantes del pueblo (Estado llano)

"He emprendido un tema moderno, una barricada, y si no he luchado por la patria, al menos pintaré para ella"

—Eugène Delacroix

El Conde de Floridablanca, un ilustrado español

José Moñino y Redondo nació en Murcia en el año 1727. Poco se conoce de la vida temprana de este político español.
En 1766 comenzó a trabajar como fiscal de lo criminal en el Consejo de Castilla, donde estableció relación con otro ilustrado español, Campomanes. Ambos defendieron los privilegios de la Corona frente a otros poderes y contra la Iglesia en particular.
En este mismo año, Floridablanca actuó contra los instigadores del Motín de Esquilache en Cuenca y, en 1767, apoyó la expulsión de los jesuitas de España.
Consiguió el título de conde en agradecimiento del rey Carlos III por su gestión como embajador en Roma de las relaciones entre el Papado y el rey.


Su actuación política estuvo orientada a potenciar la Marina, fomentar las obras públicas, sobre todo mediante la construcción de nuevos caminos y la mejora de los ya existentes y modernizar la agricultura.
Floridablanca pretendía transformar la sociedad en un conjunto útil y funcional, para lo cual era imprescindible “reconvertir” al grupo dirigente nobiliario en un sector “productivo”, reducir en lo posible las desigualdades fiscales, eliminar los prejuicios que afectaban al honor social y que se referían a su incompatibilidad con el trabajo y la eficacia, y controlar a los grupos marginales con el fin de reintroducirlos en el circuito productivo mediante su regeneración.
Se vio enfrentado al "partido aragonés" encabezado por el Conde de Aranda debido a sus ideales contrarios. Floridablanca daba más importancia al estilo de gobierno ejecutivo de las Secretarías y del Despacho, mientras que Aranda defendía los Consejos.
En 1792 sus adversarios consiguieron que fuera destituido y encerrado en la ciudadela de Pamplona, bajo acusaciones de corrupción y abuso de autoridad. Juzgado y absuelto poco después, se retiró de la vida pública hasta que, con motivo de la invasión francesa de la Península (1808), fue llamado a presidir la Junta Suprema Central que había de organizar la resistencia, cargo en el que murió ese mismo año en la ciudad de Sevilla.

Fuentes: www.wikipedia.org
              www.biografiasyvidas.com