sábado, 5 de marzo de 2016

Actividades de Ampliación. Murcia en el siglo XIX.

En el siglo XIX Murcia continuaba siendo una ciudad apegada a su huerta, los cambios se sucedían lentos pero modificaron definitivamente la forma de vida de sus gentes y el paisaje de la ciudad.





El Puente Nuevo o de Hierro, como también se le conoce, fue diseñado por el ingeniero José María Ortiz a finales del s. XIX; comenzando su construcción en el mes de abril de 1889, finalizando las obras en enero de 1902. Se realizó al estilo de la Torre Eiffel.

El Cantón de Cartagena

En la ciudad de Murcia, el líder federal Jerónimo Poveda dirigió la sublevación cantonalista.

El presidente Pi i Margall presentó la dimisión irrevocable el 18 de julio, por su oposición a reprimir el movimiento cantonal. Las Cortes designaron nuevo presidente a Nicolás Salmerón. El nuevo jefe del Gobierno erradicó los cantones independientes entre el 26 de julio y el 8 de agosto, mediante el envío del ejército a las zonas sublevadas.

 En Murcia, la Junta Cantonal abandonó la capital con destino a Cartagena ante la inminente llegada de las tropas del general Martínez Campos. La ciudad portuaria se convertiría en el último bastión del cantonalismo en España.

 En Cartagena, los republicanos federales proclamaron el cantón el 12 de julio de 1873 mediante la colocación de la bandera roja (símbolo revolucionario) en el castillo de San Julián. Los cantonalistas ocuparon el Ayuntamiento, el Arsenal y las baterías de costa. 
Enseguida llegan a Cartagena el revolucionario murciano Antonio Gálvez (Antonete) y el general Juan Contreras, Roque Barcia y otros miembros destacados del movimiento revolucionario.
El cantón de Cartagena permaneció independiente del Gobierno central debido al poderío de la Flota española asentada en su puerto (cinco fragatas, dos vapores y una corbeta) y al sistema de fortificaciones de la ciudad costera.

La independencia del cantón de Cartagena se vio amenazada con el inicio del asedio del general Martínez Campos a la ciudad en el mes de agosto de 1873.
El general Manuel Pavía evitó el restablecimiento del federalismo mediante un golpe de Estado y encargó la formación de un nuevo Gobierno de unidad nacional al militar Francisco Serrano.

 El general Serrano instauró una dictadura republicana y decretó la disolución de las Cortes Generales. El nuevo presidente consiguió la derrota definitiva del cantón de Cartagena mediante su conquista por el general José López Domínguez el 12 de enero de 1874. Los cantonalistas se rindieron tras un asedio continuado de seis meses y la destrucción de la mayor parte de la ciudad en los bombardeos.





















En la actualidad existe el Partido Cantonal de Cartagena. Además, se siguen realizando actos de conmemoración del cantón, como el que ocurrió el 12 de julio del pasado año, en el que Unas 200 personas conmemoraron en la plaza del Ayuntamiento la sublevación cantonal del año 1873 con el izado de la roja bandera del Cantón de Cartagena. El emblema fue izado en un acto solemne por el propio alcalde de la ciudad portuaria, José López. Además, por primera vez en un evento oficial del ayuntamiento de Cartagena, sonó el cante hegemónico y representativo de la Ciudad de Cartagena, la cartagenera, a cargo de un cantaor y un guitarrista.


Actividades de Ampliación. La Flaca, la República y los masones.

Durante el Sexenio Democrático (1869-1876) la libertad de prensa permitió el nacimiento de la revista satírica la Flaca. Editada en Barcelona y de corriente liberal, la Flaca expresaba inquietudes populares en relación a la política siendo especialmente elocuentes las caricaturas de Tomás Padró Pedret.

En el nuevo mundo político que se había abierto paso mediante las Revoluciones liberales eran necesarias instituciones y también nuevos símbolos. Curiosamente esta revista burlona daría origen a la iconografía de la República en España basándose en modelos franceses.



















Esta imagen femenina representa la libertad y la República, como una mujer joven tocada con un gorro frigio y con un pecho al descubierto.  Se trata de dos símbolos antiquísimos: el gorro frigio proviene de Frigia, en Asia Menor (Turquía) y se relaciona con el culto del dios persa Mitra. En Roma era el símbolo de los libertos y también lo adoptaron los asesinos de Julio Cesar, en la independencia de Estados Unidos y en la Revolución Francesa se convirtió en símbolo de la libertad. El pecho simbolizaba el carácter maternal de la figura, siendo una iconografía muy habitual en el Mediterráneo.

Centrándonos en la segunda imagen podemos observar el gallo a los pies de la mujer. Además de representar a Francia, es signo de vigilancia, combatividad y fuerza.
Justo detrás del animal distinguimos el triángulo de los principios de la Revolución francesa: Libertad, Igualdad y Fraternidad. 

La mujer sostiene en una mano una balanza, que es símbolo de la justicia. En la otra, una tabla que representa la Ley, la Constitución de la República Federal. Esta tabla tiene un origen místico en las tablas de los Diez Mandamientos entregadas a Moisés en el desierto, así como en las antiguas tablillas de arcilla en las que se grababan las leyes. 

A ambos lados de la figura de la mujer, observamos, por una parte, instrumental agrícola además de agricultores más al fondo. También podemos distinguir un telégrafo, en representación del desarrollo tecnológico de la época. Al lado contrario observamos una bola del mundo, una cámara de fotos, varios libros, que representan las ciencias, las letras y las artes. 

Más al fondo encontramos chimeneas de fábricas, símbolo de la creciente industria y el mar, en representación del comercio, que se encontraba en expansión.

Caricatura titulada Escenas de Familia del 28 de agosto de 1873. 

 Sentado en la silla podemos observar a Nicolás Salmerón, presidente de la Primera República Española. Se encuentra meditando sobre la situación de la república mientras se le echan a los pies los niños que están jugando, que representan a los cantones independientes, pues cada uno está por ahí jugando a lo suyo.
La mujer, que representa a España, advierte a Nicolás de que la República, representada por la niña con el gorro frigio, se está descontrolando. Junto a ella, aparece Emilio Castelar, presidente del Poder Ejecutivo de la República, atendiéndola.

Actividades de Ampliación. La Revolución Industrial.

Las Exposiciones Internacionales

Podríamos definir las Exposiciones Internacionales como acontecimientos concebidos como escaparate público para dar a conocer los adelantos de la industria, el comercio y las artes.

Tuvieron como punto de referencia diversas muestras que, con ese objetivo pero de ámbito estrictamente nacional, venían celebrándose en algunos países. A partir de 1851 se internacionalizaron y se institucionalizaron como un acontecimiento periódico que se viene prolongando hasta nuestros días.

En realidad, vienen a ser una exhibición del poder industrial, comercial y creativo de los países participantes, así como un instrumento de proyección política y de imagen de la nación organizadora, que por espacio de varios meses se convierte en anfitriona de monarcas, jefes de estado y personalidades, al tiempo que receptora de un público millonario.

En España se han celebrado varias Exposiciones Internacionales, entre las que destacan la de Sevilla (1992) y la de Zaragoza (2008).

La explotación infantil durante la Revolución Industrial (S. XIX)



La mayoría de los trabajadores de las fábricas durante la Revolución Industrial eran niños. Los dueños de las fábricas les proporcionan vivienda y alimentos a cambio de su trabajo. Estos niños no recibían ningún tipo de compensación monetaria. Otros niños trabajaban por salarios muy bajos en fábricas y minas de carbón.



Debido al crecimiento de las fábricas textiles, un gran número de niños trabajaban en fábricas de algodón en donde pasaban la mayor parte de su tiempo en habitaciones con muy poco aire fresco y nada de ejercicio. Los niños también eran contratados para trabajar en fábricas de manufacturas como deshollinadores y cocinando ladrillos.



 “En esta fábrica trabajan mil quinientas personas, y más de la mitad tienen menos de quince años. La mayoría de los niños están descalzos. El trabajo comienza a las cinco y media de la mañana y termina a las siete de las tarde, con altos de media hora para el desayuno y una hora para la comida. Los mecánicos tienen media hora para la merienda, pero no los niños ni los otros obreros (…).
Cuando estuve en Oxford Road, Manchester, observé la salida de los trabajadores cuando abandonaban la fábrica a las doce de la mañana. Los niños, en su casi totalidad, tenían aspecto enfermizo; eran pequeños, enclenques e iban descalzos. Muchos parecían no tener más de siete años. Los hombres en su mayoría de dieciséis a veinticuatro años, estaban casi tan pálidos y delgados como los niños. Las mujeres eran las de apariencia más saludable, aunque no vi ninguna de aspecto lozano (…). Aquí vi, o creí ver, una raza degenerada, seres humanos achaparrados, debilitados y depravados, hombres y mujeres que no llegarán a ancianos, niños que nunca serán adultos sanos. Era un espectáculo lúgubre (…)”

Charles Turner Thackrah. Los efectos de los oficios, trabajos y profesiones, y de las situaciones civiles y formas de vida, sobre la salud y la longevidad. 1832.


En este texto, el autor describe las condiciones laborales de las fábricas de la época. La mayoría de los trabajadores de las fábricas eran niños cuyas jornadas eran inhumanas y sus condiciones de trabajo pésimas. Como se menciona, los trabajadores tenían un aspecto lúgubre, pues la higiene era mínima y muchas veces estaban expuestos a productos químicos o a minerales. De esta forma, con esta explotación, era imposible que se redujera la mortalidad o que aumentara la esperanza de vida del proletariado.

El contraste entre las clases sociales

En estas dos imágenes podemos observar distintas clases sociales de la época.
















En la imagen de la izquierda, distinguimos la Torre Eiffel y podemos ver que la gente pasea tranquilamente por la calle. Sabemos que pertenecen a la burguesía por esto, además de por sus ropas y su aspecto limpio y saludable. Nos transmite una sensación de tranquilidad, belleza, serenidad, felicidad.


En la imagen de la derecha, podemos observar el interior de una fábrica en la que trabajan niños y jóvenes adolescentes. Su vestuario es mucho más simple y tienen un aspecto sucio. Se encuentran encerrados trabajando. Sabemos, por esto, que pertenecen al proletariado. Nos transmite una sensación de agobio, tristeza, esclavitud.


Los aspectos positivos y negativos de la industrialización

Aspectos positivos:

  • Avances tecnológicos, como la invención del telégrafo o e descubrimiento de la electricidad, que mejoraron la comunicación y fueron un gran impulso de la industrialización y el progreso.
  • La mejora del transporte gracias al descubrimiento de la electricidad y el petróleo.
  • El arte también experimentó una época de apogeo gracias a la inspiración encontrada en todos los nuevos descubrimientos y avances.
Aspectos negativos:
  • La sobreexplotación del proletariado por parte de la burguesía para enriquecerse.
  • La desigualdad social existente a pesar de la abolición de la sociedad estamental.